Continuamos con el especial que estamos dedicando en Genbeta a los diseños que ha tenido Windows a lo largo de su historia. En la primera parte repasamos las versiones más tempranas: desde Windows 1.0 hasta la familia 3.x (consumo, Trabajo en grupo y profesional).
En esta segunda entrega vamos a ver la saga Windows 9x y Windows NT 4.0, hasta la llegada de Windows 2000. Etapa en la que Microsoft construyó los cimientos para que su sistema operativo conquistara el mundo del escritorio.
Windows 95
Las claves del éxito de Windows 95
El lanzamiento de Windows 95 supuso un antes y un después en la historia de la informática de consumo. Una campaña publicitaria sin precedentes convirtió el debut del sistema operativo en un fenómeno mediático. Con un desembolso estimado de 300 millones de dólares, una auténtica barbaridad para la época, Windows 95 llegó en el momento justo para hacer de este producto uno de los éxitos más sonados de Microsoft.
Los PCs empezaban a abrirse camino en el ámbito doméstico, aunque tanto el sistema operativo como los programas tenían poco en cuenta la facilidad de uso y la estética. Windows 95 consiguió cambiar esta percepción con la inclusión del botón y menú de inicio, la barra de tareas, diversos elementos estéticos, los asistentes y conceptos como el plug-and-play.
El botón inicio era el punto de entrada, la invitación amable para comenzar trabajar. La elección del tema de los Rolling Stones, Start Me Up, no fue fruto de la casualidad. Tener los programas en ejecución “visibles” en la barra de tareas no era un concepto nuevo, algo parecido se había visto en Windows 1.0, aunque la mezcla de ambos fue vendida como la panacea de la facilidad.
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Por otra parte, en mitad de los 90 abrir un PC para cambiar algo dentro era una aventura. En muchas tarjetas había que configurar mediante puentes (jumpers), puertos e IRQ de forma manual. Eso sí, tomando nota antes de los que ya estaban ocupados para que el equipo no se quedara colgado en el limbo en el arranque.
El plug-and-play tardó en funcionar, dando lugar a críticas que manipularon el término de forma burlona para convertirlo en plug-and-pray, conectado en cierta medida con otra frase del tema de los Rolling empleado en el lanzamiento: you make a grown man cry.
Bien por llorar de emoción, como por hacerlo debido a la desesperación, Windows 95 allanó el camino para que muchos usuarios domésticos y de empresa perdieran el miedo a la máquina binaria diabólica, que comenzaba a humanizarse.
El diseño en Windows 95
El botón de inicio de Windows 95 daba paso a un menú que agrupaba los elementos del sistema de una forma sencilla: Programas, Documentos y Configuración. Disponía de una opción para buscar, un manual de ayuda y un control para lanzar programas de forma directa: “Ejecutar…” Finalmente y tras un separador, se habilitó un control para apagar el sistema.
Dentro del ítem “Programas” se habilitaba el acceso a cuatro componentes: “Accesorios“ (conjunto de programas suministrados con el sistema operativo, como el Bloc de notas o ScanDisk), “Inicio“ (carpeta especial que permitía seleccionar programas para iniciar junto con el sistema), el “Explorador de Windows“ (para navegar por el árbol de directorios) y acceso a la “consola MS-DOS “.
“Configuración” daba paso a distintas opciones y ajustes del sistema: Panel de Control, Impresoras y ajustes de la Barra de tareas, que se podía personalizar. “Documentos” permitía ver los últimos creados. “Buscar” sólo contenía un elemento (buscar archivos y carpetas), que tras su pulsación daba paso a una herramienta más compleja para localizar elementos en función de diversos criterios (nombre, fecha, etc.).
En cuanto a las ventanas, comenzaban con una barra en color más oscuro que el general dominante, que contenía el icono asociado al programa o tarea, su título y tres controles situados a la derecha para minimizar, maximizar o cerrar la misma. En la configuración por defecto el fondo era blanco y el aspecto similar a las ventanas de Windows 3.x. Muchos de estos elementos han sobrevivido, con modificaciones, hasta nuestros días.
Bajo la barra de título se dispuso un menú de texto en función del propósito de cada ventana, con letras subrayadas para marcar aquellas que combinadas con la tecla [ALT] permitían el acceso a los distintos ítem de cada menú sin necesidad de emplear el ratón. Los programas tenían además otra fila de iconos para acceder a sus distintas funciones.
Otros elementos que se combinaron fueron las pestañas, menús desplegables, las casillas de verificación, botones de generoso tamaño, iconos alusivos a las funciones o tareas sobre las que se estaba trabajando, y elementos verticales móviles que permitían ajustar el tamaño de cada parte de la ventana cuando ésta estaba dividida en zonas. La barra de estado, situada en el borde inferior de cada ventana, proporcionaba información extra en aquellas que la tenían.
La primera versión de Windows 95 carecía de navegador web, aunque sí implementaba una herramienta para un servicio que se ha convertido en fundamental: el correo electrónico. Otro gran acierto del diseño fue la inclusión en el escritorio de un acceso directo a “Mi PC” y a la “Papelera de reciclaje”.
Desde la perspectiva actual, puede parecer que la primera versión de Windows 95 venía un tanto “pelada” en cuanto a software añadido se refiere, en comparación con lo que estamos acostumbrados ahora, pero ciertamente no fue así, introduciendo una buena cantidad de elementos y un cambio drástico en la facilidad y experiencia de uso.
Todos aquellos que aterrizamos en Windows 95 tras haber pasado por las pantallas en blanco y negro (o fósforo verde) de los sistemas de “sólo consola”, y las primeras versiones de Windows, valoramos de forma muy positiva las novedades incorporadas por Microsoft en Windows 95. Aún recuerdo la impresión que me produjo la primera vez que vi funcionando el reproductor multimedia… Así como las miles de veces que he escuchado (hasta maldecir), la característica entrada musical que acompañó al sistema. Para el usuario doméstico representó el camino de la facilidad.
A modo de anécdota y antes de abordar las demás partes del artículo, he buscado en la prensa española de la época los comentarios que suscitó el lanzamiento Windows 95, porque recordaba haber leído “algunas perlas”, aunque no recordaba dónde.
En la hemeroteca del diario ABC he localizado comentarios curiosos sobre el lanzamiento de Windows 95, como la calificación de programa informático (aunque luego se aclaraba que se trataba de un sistema operativo), y de cuyo éxito dudaron los “expertos”. Supongo que la cola del paro para gurús tecnológicos se habilitó algunos meses más tarde…
Con sus fallos y aciertos, Windows 95 ha sido la base real del éxito de Microsoft y, probablemente, de la adopción del PC como un electrodoméstico más en muchos hogares. Años después saldría otro monstruo de la factoría de Redmond, llamado Windows XP, que elevaría el éxito a la enésima potencia (lo veremos en detalle en la próxima entrega), pero Windows 95 fue la semilla de todo lo que vino después.
Evolución de Windows 95
La primera actualización
Mas allá de las clasificaciones ordenadas que podéis encontrar por ahí sobre las distintas versiones de Windows 95 (hubo una versión OSR1 destinada a OEMs que no se comercializó, amén de otras entregas de la serie OSR 2.x), para el usuario de a pié el primer gran cambio vino de la mano del Service Pack 1 y, sobre todo, de la instalación como producto separado de Internet Explorer 4.
Por alguna razón, que con los años no recuerdo, lo primero que cayó en mis manos fue lo segundo: el CD con IE-4. En teoría se trataba de instalar un programa, pero la realidad es que la instalación, que recuerdo como eterna en el Intel 486, trasformaba completamente el sistema operativo.
Había muchos más “megas” de los requeridos para navegar. A nivel visible sólo aparecía una pantalla de acceso para introducir nombre de usuario y contraseña de acceso de red Microsoft, un nuevo icono en el escritorio, “Entorno de red”, y varios elementos más desperdigados por los menús del sistema, orientados a facilitar la conexión a Internet y el propio del navegador. También se incluyeron más opciones a la hora de apagar el sistema. El paquete de servicio Windows 95 SP1 realizaba bastantes cambios, aunque nada tan complejo como la instalación de IE-4.
Ambas actualizaciones solían conseguirse a través de las revistas especializadas, y aunque gratuitas, también en el mercado pirata (pagando por las copias, que casualmente incorporaban un backup de seguridad del sistema operativo). A la velocidad que funcionaba Internet en la época, plantearse la descarga era una aventura con final incierto debido a los cortes frecuentes. En mi caso el CD con el navegador llegó a través de una revista y el Service Pack con la compra de un voluminoso libro: el Kit de recursos de Windows 95.
Windows 98
Windows 98 no supuso un gran cambio en cuanto a diseño (por dentro los cambios fueron más importantes). En realidad era una versión avanzada de Windows 95 con la vista puesta en la integración de Internet en el sistema operativo, con Internet Explorer 4 incluido como navegador web.
Esta integración con la Red se trasladó a la experiencia de usuario, de forma que la manera de manejar archivos y carpetas, respecto de su exploración y búsqueda, eran similares a la forma en que se navegaba por Internet.
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En cuanto a elementos nuevos, destacar la carpeta personal de usuario, denominada “Mis documentos”, el mejorado Asistente de instalación, un Asistente para Mantenimiento y varias herramientas nuevas, como la incluida para mantener los discos libres de fragmentación, y también mejoró respecto de su antecesor en la capacidad de personalización. Esta versión trajo también al escritorio Windows Update.
Windows 98 tuvo una versión más pulida, bajo el nombre de Windows 98 SE (Second Edition), que como novedad más importante incluyó el navegador Internet Explorer 5, además de una estabilidad al sistema no vista hasta la fecha. Con independencia de los cambios internos, a efectos de diseño no hubo cambios dignos de mención.
Windows ME
Windows Millenium Edition (ME) representó la culminación estética de Windows 95. Es con creces el Windows 95 más bonito (luego volveré sobre esta consideración). El sistema no fue muy popular debido a problemas de estabilidad, pero la estética de sus iconos, el enfoque claramente multimedia y la facilidad de uso para conectar dispositivos fue un importante paso adelante. Esta versión también mejoró el navegador web con la inclusión de Internet Explorer 5.5.
Una consideración sobre la familia Windows 9x
Si os habéis fijado, todos los derivados de Windows 95 están en el artículo con un peso menor a nivel de cabecera que el producto principal. Hay una razón detrás que obedece a una, permitidme la expresión, duda metafísica que he tenido durante todos estos años. En un tiempo en que Microsoft cambiaba el color de un icono y lo vendía, las distintas actualizaciones del sistema se presentaron como novedades merecedoras de volver a pagar un precio por ellas una y otra vez. Dicho en términos más coloquiales, Microsoft nos vendió la misma burra varias veces.
Hoy en día es impensable que la incorporación de una versión distinta (aunque sea mayor), del navegador web, la inclusión de algunas herramientas y pequeños cambios estéticos obliguen a pasar por caja. Tenemos el ejemplo de Windows 8, su actualización a Windows 8.1 y la reciente actualización denominada Windows 8.1 Update 1 (las dos últimas gratuitas).
La historia es algo similar: refuerzo de rendimiento y robustez del sistema, navegador web de estreno, y cambios profundos en la experiencia de usuario (cuestión distinta es la razón de los cambios). ¿Os imagináis haber tenido que pasar por caja las tres veces al precio que están hoy las licencias? Seguro que no.
Bien es cierto que Microsoft ha enfocado Windows 8 de una manera que, como en tauromaquia, ha provocado división de opiniones. También es cierto que el mercado del PC está en recesión, y ahora hay más alternativas (y por ello menos margen para manipular al usuario), pero en la segunda mitad de la década de los 90 Microsoft abusó de su posición dominante. Ni los cambios externos, ni los internos, justifican tal despliegue de versiones y pagos.
Windows 95/98/ME eran híbridos de 16 y 32 bit, el soporte para FAT-32 y USB estuvieron presentes desde el principio (con algunos matices), y algún detalle más que ahora se me escapa. Por esta razón, a mi entender, Windows 95 representa el cambio, y lo demás han sido actualizaciones y correcciones de errores (algunos consecuencia de falta de previsión).
A mi entender, entre Windows 95 y Windows 2000 sólo hubo un sistema operativo, y de ahí la consideración de menor importancia del resto de versiones. Es una opinión personal, y por ello subjetiva, con la que supongo algunos no estarán de acuerdo.
Windows NT 4.0 y Windows 2000
Las versiones profesionales que circularon en la era Windows 95 fueron Windows NT 4.0 (casi contemporáneo del primero), y Windows 2000 (que coincidió con ME en el año de lanzamiento). Como el artículo versa sobre la historia del diseño del sistema operativo Windows, puede decirse que apenas hubo diferencias entre el par W-98/NT 4.0 y W-ME/2000 a nivel estético.
En el primer caso resulta más evidente. En el segundo, es difícil precisar quien llevaba/copiaba elementos del uno y del otro. La versión “normal” de Windows 2000 se abrió pronto camino en el escritorio del usuario doméstico, a pesar de ser algo más rancio que el colorido Windows ME.
Su mayor estabilidad y la mala prensa que acompañó a la versión de consumo fueron decisivas en este aspecto. De Windows 2000 guardo un grato recuerdo. Me encantó eso de que el ratón proyectara sombra sobre la pantalla (un detalle tonto, lo sé, pero muy agradable).
Continuará…
En Genbeta | Los diseños que ha tenido Windows a lo largo de su historia (parte 1)
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